AGUAS DESDE EL INFIERNO
Cada día cerca de 100 millones de personas están siendo envenenadas con una de las sustancias más dañinas conocidas. En India, Bangladesh, China y Sureste Asiáticos, incluso en otros países como Australia, se sigue produciendo una tragedia de envenenamientos que no está siendo contada en los medios de comunicación.
Cada día cerca de 100 millones de personas están siendo envenenadas con una de las sustancias más dañinas conocidas. En India, Bangladesh, China y Sureste Asiáticos, incluso en otros países como Australia, se sigue produciendo una tragedia de envenenamientos que no está siendo contada en los medios de comunicación.
El Arsénico no es solo el veneno preferido de las novelas de misterio de principios del siglo XX o medievales, sino que causa cáncer de piel, pulmones, riñón, hígado, útero, o varios de ellos combinados, enfermedades de la piel, desórdenes nerviosos, diabetes, malformaciones en recién nacidos, ....En el sureste asiático las mujeres y niñas que muestran los síntomas del envenenamiento son con frecuencias expulsadas de sus familias causando daños sociales y tragedias personales.
El envenenamiento por arsénico es producto de la actividad humana y por tanto evitable y prevenible. En el caso de Bangladesh e India, la contaminación proviene de las aguas superficiales por lo que las organizaciones de ayuda están ayudando a excavar pozos e instalar tuberías que eviten la exposición a las aguas contaminadas.
El envenenamiento por arsénico es producto de la actividad humana y por tanto evitable y prevenible. En el caso de Bangladesh e India, la contaminación proviene de las aguas superficiales por lo que las organizaciones de ayuda están ayudando a excavar pozos e instalar tuberías que eviten la exposición a las aguas contaminadas.
El arsénico de origen geológico procede de la tierra arrastrada por los deshielos del Himalayas, cienos abundantes en arsénico que se ha acumulado a través de siglos en los sedimentos del Delta del Ganges, río del que se sirven los nativos para sus necesidades alimenticias (beber, cocinar y riego de los huertos). Se estima que 70 millones de personas están expuestas al arsénico en ambos países. Otros países con geología similar como Birmania, Camboya, Laos y Vietnam también están afectados aunque la preocupación por los niveles de contaminación es menor.
El número de muertos y enfermos por el arsénico es desconocido, pero puede alcanzar los millones. Según cálculos del US National Research Council, podría estar falleciendo 13 personas diarias por esta causa.
En países como Australia, New Zealand, Sudáfrica y Argentina la presencia de arsénico se debe fuentes antropogénicas: los residuos biológicos de las grandes cabañas animales de esos países, acumulados durante sigles, y los residuos geológicos de las minas de oro que sacan el arsénico a la superficie que acaban afectando a los acuíferos. Viejos raíles de ferrocarril, plantas de tratamiento de madera, plantaciones de algodón y algunas industrias también contribuyen a esta contaminación.
El número de muertos y enfermos por el arsénico es desconocido, pero puede alcanzar los millones. Según cálculos del US National Research Council, podría estar falleciendo 13 personas diarias por esta causa.
En países como Australia, New Zealand, Sudáfrica y Argentina la presencia de arsénico se debe fuentes antropogénicas: los residuos biológicos de las grandes cabañas animales de esos países, acumulados durante sigles, y los residuos geológicos de las minas de oro que sacan el arsénico a la superficie que acaban afectando a los acuíferos. Viejos raíles de ferrocarril, plantas de tratamiento de madera, plantaciones de algodón y algunas industrias también contribuyen a esta contaminación.
Una sencilla solución para este problema sería la instalación de tanques de agua de lluvia, algo que en Australia es habitual para el riego de jardines ante las habituales sequías. Otros procedimientos más técnicos son el tratamiento del terreno y del agua con unas bacterias que de forma natural degradan el arsénico haciéndolo menos venenoso; o la incorporación de filtros de agua especiales que eliminen el contenido mineral; y otra serie de tratamientos que ayudarían a mejorar la calidad del suelo y del agua.
En definitiva, existe una solución para el problema, la cuestión es cómo y quién la aplicará para aliviar el sufrimiento de los afectados y paliar el problema en el futuro en algunas de las zonas más deprimidas del planeta.
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